Han pasado casi dos años desde que la vivienda de José Pérez, y la de otros vecinos de la calle Pistacho en Puertas de Jerez de Guadalcacín se vieran sorprendidos por una inundación incomprensible en una zona no inundable de viviendas perfectamente edificadas en suelo urbanizable, a pesar de las intensas lluvias de aquellos días.
Lo peor de todo, según estos vecinos constituidos en Plataforma, es que el canal que a su juicio provocó el desastre, (un canal propiedad de la Comunidad de Regantes de Guadalcacín) sigue, casi dos años después sin arreglar y sin respuesta respecto a quién provocó la rotura del mismo aquella noche.
El 18 de febrero de 2010, en torno a las 11 de la noche, les llegaba el aviso de que sus casas se inundaban. Con sorpresa primero, puesto que a pesar de las intensas lluvias el agua apenas alcanzaba el bordillo del acerado, los vecinos vieron cómo se iba acercando una gran masa de agua, «como una balsa que se extendía y que llegó a alcanzar casi un metro de altura», asegura José Pérez, «en la zona más baja de la barriada». «Aquella fue una noche de alarma», dice, «con todo el mundo intentando achicar agua, Bomberos, Guardia Civil, Protección Civil,…, y sin saber de dónde venía, porque en nueve años que tenía la urbanización nunca se había producido nada parecido».
«Nos dijeron», asegura, «que habían partido un canal de riego en la calle Cerón, no porque llevase agua, sino porque servía como presa del agua del arroyo que se había desbordado», pero no le dieron más importancia afanados, como estaban, en salvar sus enseres. Ya al día siguiente se desplazaron al punto en el que, a su juicio, se produjo «la negligencia» y efectivamente comprobaron que el canal había sido partido, presumiblemente por una máquina, dada la fuerza que habría que aplicar para romperlo.
Tras aquello, se constituyeron en Plataforma y desde entonces no han parado de dirigirse a organismos e instituciones para conseguir una solución a esa situación que consideran «negligente» y que, en el caso de algunos vecinos que no tenían seguro en sus viviendas, les ha reportado pérdidas económicas que no han podido solventar, además de daños sicológicos, «un miedo que todavía perdura en algunos», dice José Pérez.
Desde entonces, han mantenido reuniones con la anterior alcaldesa de Guadalcacín, la anterior delegada de Medio Rural, técnicos de Ajemsa y la actual alcaldesa de la pedanía, Nieves Mendoza; y se han dirigido, por escrito en unas ocasiones y personalmente en otras, al Defensor del Ciudadano de Jerez, al Defensor del Pueblo Andaluz, a la propia Agencia Andaluza de Aguas, a la Alcaldía de Jerez, la Delegación de Urbanismo, a la Diputación Provincial y a la Comunidad de Regantes que en su escrito de respuesta a la Plataforma en marzo pasado les aseguró que iniciaría acciones legales contra quien hubiese acometido la rotura.
Se trata de un largo periplo que completa un enorme dossier de muchas más preguntas que respuestas que, sin embargo, mantiene intactas dos cuestiones: saber quién rompió el canal y la propia infraestructura rota.
Dos años dan para mucho: alguna que otra manifestación a la puerta del Ayuntamiento de Guadalcacín, una pancarta sempiterna colocada a la entrada del pueblo, consultas a una letrada, solicitud de ayudas públicas por inundación, alguna visita hasta el canal acompañando a los inspectores de Medio Ambiente y alguna que otra revelación sorprendente.
En este momento, después de retomar el asunto con la nueva alcaldesa de la entidad, Nieves Mendoza, – con quien han mantenido dos encuentros hasta el momento, uno de ellos ya sobre plano junto a técnicos de Ajemsa-; está previsto que se acometa la primera fase de obra de saneamiento de la barriada de Rabanitos con cargo a los Planes Provinciales de Diputación por valor de más de 72.000 euros.
A pesar de ello, la pancarta reivindicativa a la entrada de Guadalcacín, justo enfrente del polideportivo, seguirá colocada, asegura José, «hasta que nosotros veamos las máquinas trabajando».
