Las altas temperaturas ocasionadas por las repetitivas olas de calor sufridas este verano han traído consigo una sequía que arrasa todo a su paso y deja un futuro desolador para el sector agrario y ganadero español.
Las granjas avícolas y vacunas denuncian que debido a las altas temperaturas el rendimiento ha bajado considerablemente, los animales han enfermado y sufrido mucho por el calor y que, durante este año, han tenido cuantiosas bajas. Destacan, además, el alto coste y la escasez del forraje por la sequía y las pérdidas ocasionadas por el sobrecoste energético.
Por su parte, la situación en el campo es cuanto menos alarmante. La baja pluviometría en invierno y primavera y las olas de calor en plena floración ponen en peligro la producción de los viñedos y el olivar. Las cosechas se han adelantado, los olivos han empezado a tirar hojas y no tienen fruto y la producción de los viñedos ha disminuido considerablemente. Además, los elevados costes de la energía, la escasez de agua y la aparición de nuevos tipos de plagas son factores que dan lugar a que las cosechas se estén perdiendo, mientras que los costes de producción no dejan de aumentar.
El Secretario General de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Miguel Padilla, ha anunciado en un comunicado que las condiciones en las que se encuentran el campo y la ganadería en nuestro país son críticas y ha pedido la convocatoria urgente de la mesa de sequía para poder analizar con rigurosidad la situación y establecer medidas de choque que puedan contrarrestarla. Entre los principales problemas a los que se enfrentan la ganadería y agricultura españolas destacan el desabastecimiento de agua, la escasez de pastos y la constante subida del coste energético.
