El colegio rural «La Florida», ubicado en la barriada rural de Majarromaque, se encuentra bajo mínimos en su mantenimiento. La situación ha llegado a un punto en el agua se filtra libremente por una de las paredes que se utilizan cada tarde como aula de adultos y en el centro temen que cualquier día pueda desprenderse parte del techo. Además, hace meses que ningún personal municipal realiza las labores de limpieza y retirada de restos de hojas y plantas del patio en el que los niños de educación infantil y primaria pasan su recreo de cada mañana.
Según el director de este pequeño centro rural construido hace unos cuarenta años, Daniel Borrego, «a pesar de que la estructura general se encuentra bastante bien, el problema es que el aula de los adultos tiene mucha humedad, han cedido los cimientos y se están formando grietas, con el consiguiente peligro para dar clases».
Se trata de una situación que han comunicado reiteradamente al Ayuntamiento de Jerez, tanto desde la dirección de este pequeño centro como por parte de la delegada de alcaldía de la barriada, y sobre la que sólo se ha actuado de manera superficial. Según el director del centro, en su momento le dieron , «un pintado y un sellado de las grietas, que no soluciona el problema estructural», tal y como queda constancia por las grietas que de nuevo se están abriendo y los desconchados que presenta ya pintura en las paredes.
Por otro lado, la falta de mantenimiento en el patio en el que habitualmente pasan su recreo niños y niñas de hasta 8 años es continua. «Estamos en una zona rural y se acumula mucha suciedad en forma de hojas y restos vegetales que hay que retirar, sobre todo por los árboles de hoja caduca, y somos los profesores los que continuamente tenemos que estar limpiando, e incluso los niños en los recreos cogen los cepillos y se divierten retirando esas hojas». Pero lejos de ser un divertimento, el amplio patio, quizá el único privilegio del centro, obliga a un trabajo continuo, como el cortado de cesped, que realizan igualmente los docentes, a falta de quien lo haga, para que no proliferen los insectos entre la maleza.
Como ejemplo de la última actuación municipal en este sentido, en un lado del patio se acumulan los restos de unas ramas de gran tamaño que hace unos meses, y ante el aviso de que su caída pudiera provocar daños a los niños, sí fue cortada, que no retirada del espacio educativo.
